En un contexto laboral y financiero como el que se presenta tras la llegada de la crisis generada para el coronavirus, los emprendedores están ante un desafío de los que miden su ingenio y la valía de sus proyectos. Encontrar inversores dispuestos a confiar en una idea disruptiva requerirá de una ingeniería de convencimiento sin fisuras. Entramos en una crisis que, a su vez, es una oportunidad: las empresas con base tecnológica son mejor valoradas y las necesidades de la sociedad se reordenan con importante dependencia de lo digital, por lo que una inversión privada puede suponer un negocio más que fructífero. Como en toda aventura empresarial, existen ventajas e inconvenientes en el camino del capital privado. Por parte del emprendedor...