La innovación tecnológica como respuesta a la crisis

En la psique del emprendedor la palabra crisis no ha si no ir asociada a la oportunidad. El camino hacia el éxito, siempre lleno de baches, obstáculos y elementos a sortear nos enseña a estar siempre preparados para la adversidad, la misma que con el coronavirus ha llegado de manera universal en forma de crisis. La pandemia y su confinamiento han puesto patas arriba los hábitos y convencionalismos empresariales que veníamos empleando en nuestro día a día. Desecha formas de trabajo y acelera otras, puesto que en tiempos de crisis el contexto es cambiante y es momento de potenciar aquello que nos protege o nos permite seguir adelante: es el momento de la innovación tecnológica como respuesta a la crisis.

En realidad, ya lo era. Desde hace años vivimos en la era del Big Data, de la inteligencia artificial, de las telecomunicaciones, de las altas tecnologías, de la ciberseguridad y de un teletrabajo que ahora se ha abierto más camino que nunca. En definitiva, es el momento de darle un mayor impulso a aquello en que estábamos basando nuestro progreso. La pandemia ha puesto aún más de relevancia esta tendencia -o necesidad- que ya venía indicando cuáles serían los puestos de trabajo más demandados en el futuro a corto y medio plazo.

También cambian, por supuesto, nuestros hábitos como consumidores: aumentan las ventas por internet respecto a las físicas y eso hace que para los negocios dedicados a la venta al cliente sea indispensable entrar en el comercio electrónico y contar con una tienda virtual. Se evita por completo así cualquier contacto humano y físico no necesario.

En un escenario tan desafiante como aquel en el que nos encontramos actualmente, la sociedad identifica cuáles son sus necesidades más primarias: nuestro sistema sanitario, compuesto por los profesionales mejor valorados de Europa, ha puesto de manifiesto la necesidad de contar con más y mejor material con que salvar vidas. De inmediato, la utilidad de la impresión en 3D para fabricar material sanitario ha crecido como la espuma, pues la emergencia ha visibilizado su potencial.

De un modo diferente, el teletrabajo también está ayudando a salvar vidas. Multitud de tareas diarias que las empresas realizaban de manera física a través de sus trabajadores han pasado a ser telemáticas. Dependiendo de las posibilidades de adaptación, el haber destinado parte del trabajo a hacerlo desde casa también ha ayudado a muchas corporaciones a no frenar del todo o en gran medida su actividad en el periodo de confinamiento. Tanto, que también la sanidad se ha adaptado, multiplicándose el número de consultas que se han realizado a distancia para dolencias o preocupaciones menores. Del mismo modo, multitud de centros educativos se han visto forzados a aplicar la docencia de manera virtual.

Asimismo, ¿quién no ha tenido que realizar en el pasado tediosos trámites que requerían de una presencia que nos podíamos haber ahorrado? Notable ha sido también el crecimiento de trámites burocráticos, ganando así en popularidad el ‘blockchain, que nos permite realizar estos trámites digitales con administraciones y empresas sin miedo a las falsificaciones

La innovación tecnológica, sobre todo en sectores tan necesarios y tan golpeados en estos días como la Sanidad y la Educación, es un escudo ante peligros para los que la sociedad queda expuesta. La emergencia ha hecho que la innovación tecnológica sea más valorada, y por eso el futuro puede ser tan esperanzador para los proyectos con base tecnológica, cuya imagen y utilidad salen reforzadas de esta pandemia.



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