El ingenio, la creatividad, formas innovadoras de hacer o concebir algo son la base necesaria para crear lo que nadie antes había imaginado. Lo más difícil es llegar a la práctica, cuajar y alcanzar el éxito. Antes de ese preciso instante lo más conveniente para preservar ese esfuerzo y premiar la imaginación es patentar la creación.  Ostentar la protección legal adecuada a la propiedad industrial de una empresa confiere un valor fundamental a la empresa puesto que evita infracciones y abre una puerta para convertir esa creatividad e ingenio en activos comerciales con un valor tangible en el mercado. La serie de derechos que adquiere sobre ese activo genera un monopolio que puede ser temporal, nacional o internacional.  Sin embargo, no realizar...

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