Cinco mujeres inventoras que cambiaron la historia

Si eres un joven emprendedor, o lo que te apasiona para tu futuro es el emprendimiento, seguro que ya sabes que un factor muy importante para dar con esa disruptiva idea que pueda tener un impacto positivo en la sociedad necesita de tu inspiración. Y la inspiración, como decía Pablo Picasso, existe, pero tiene que pillarte trabajando. Esa inspiración puede encontrarse en cualquier lugar: un recuerdo, un suceso, una frase… ese ‘clic’ que ilumina nuestro cerebro puede estar provocado por casi cualquier cosa. También, cómo no, por nuestros referentes. Personas que admiramos por su contribución en un campo determinado y que marcan nuestro camino. Y es por ello que desde el Centro Europeo de Empresas e Innovación de Murcia hoy te queremos presentar a cinco mujeres inventoras que cambiaron la historia. Porque ellas son pura inspiración.

  1. Marie Curie

Probablemente sea la mujer inventora más popular de la historia, pues la Física y la Química moderna, campos en los que fue galardonada con el premio Nobel para convertirse en la primera persona en ganarlo en dos disciplinas diferentes, no se entienden sin su aportación. Esta francesa descubrió los elementos radio y polonio, este nombrado así en honor a su país de nacimiento, Polonia, pero, aunque este fue el más famoso         , también desarrolló un aparato autónomo de rayos X que, incorporado a un vehículo, permitía revelar imágenes para el correcto diagnóstico y rápido tratamiento de las lesiones sufridas por los soldados en la I Guerra Mundial.

Además, fue la primera profesora de la Universidad de París -también conocida como La Sorbona-, por lo que fue toda una pionera. Desdichadamente, fueron sus propios avances en el campo de la radioactividad, como así la llamó ella, quienes acabaron con su vida, puesto que estuvo demasiado expuesta a la radiación que estudiaba. 86 años después de su muerte, sus valiosas aportaciones científicas y sus logros personales siguen sirviendo de inspiración por generaciones.

  1. Ada Lovelace

¿Cómo ser la primera programadora de ordenadores cuando su vida transcurrió de inicio a fin sin la existencia de la computadora tal y como la conocemos? Es el caso de Ada Lovelace, matemática e informática británica. Y es que, lejos de tener una fecha de invención, el ordenador o computadora que nos imaginamos es el resultado de aportes en campos como la electrónica, la mecánica, la lógica, el álgebra o la programación.

Así, nos remontamos a 1833, cuando Charles Babbage diseña su máquina analítica, que no encuentra desarrollo real hasta que Lovelace, de orígenes aristocráticos al ser hija del poeta Lord Byron y Lady Byron, realiza los pertinentes avances de esta calculadora de uso general mediante el desarrollo del primer algoritmo destinado a ser procesado por una máquina, pasando así a la Historia como la primera programadora de ordenadores.

  1. Jocelyn Bell Burnell

Esta norirlandesa, profesora de Astrofísica en la Universidad de Oxford, ha pasado a la posteridad precisamente como una de las grandes olvidadas en la concesión del Nobel que debió haberle acreditado con el merecido reconocimiento que mereció su trabajo en 1967, cuando formaba parte del equipo que estudiaba quásares a través de un radiotelescopio para dar con las púlsares, las señales de las estrellas que rotaban a gran velocidad.

En aquel entonces era estudiante de posgrado en la Universidad de Cambridge, y aunque no lograra mencionado crédito por uno de los logros científicos más significativos del siglo XX, está considerada una de las científicas más influyentes y todo un ejemplo en la lucha por la igualdad de oportunidades y derechos para las mujeres. En 2018, cuando recibió el Premio Especial de Avance en Física Fundamental, donó los 2,3 millones de libras que suponía al Instituto de Física para ayudar a mujeres, refugiados y minorías en su acceso a la investigación.

  1. Lisa Meitner

Como Bell Burnell, Meitner está considerada una de las grandes olvidadas de los Nobel, pese a ser conocida como “la madre de la fisión nuclear”, puesto que su negativa a participar en el Proyecto Manhattan, que usaría la fisión para la creación de armas, durante la Segunda Guerra Mundial causó una gran controversia.

Su vida es además una continua lucha, ya que esta austriaca se vio forzada a huir de Berlín al ser perseguida por sus orígenes judíos para establecerse en Estocolmo, donde descubre la fisión nuclear, que, además de para armamento, sería empleada para reactores en la producción de electricidad y para la medicina nuclear. Aunque en su día le fue rechazada una solicitud de trabajar junto a Marie Curie, un elemento como el meitnerio también recibe nombre en honor a ella.

  1. Ángela Ruiz Robles

Culminamos nuestra con la española Ángela Ruiz Robles, precursora del libro electrónico o e-book. Esta licenciada en Magisterio era toda una apasionada de la Educación, una adelantada a su tiempo que pretendía hacer del aprendizaje diversión, pese a haber vivido la Guerra Civil española y en el Franquismo desde principio a fin, cuando los métodos didácticos eran especialmente severos.

Ruiz Robles, toda una mente inquieta, combinó su trabajo como maestra con el de escritora, experta taquígrafa y mecanógrafa, con el de su faceta como inventora. Fue así cuando, en 1949, desarrolló el primer libro mecánico, en el cual era posible leer tanto en vertical como en horizontal. Se podía iluminar para leer en la oscuridad y disponía de una pantalla para escribir y dibujar. Tocando un punto, se descubría más información, y para las personas con dificultades de visión se incorporó una lente de aumento. Sus bobinas en los laterales permitían hacer intercambio de asignaturas. De este modo, este aparato con forma de maletín permitía incluir en un mismo objeto tecnológico las diferentes materias de los niños, sustituyendo así a las pesadas mochilas.



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