Educación en emprendimiento

Un país emprendedor es un país con ideas frescas, con inquietudes por mejorar la sociedad a partir de la innovación y la tecnología. De un tiempo para acá, el fenómeno del emprendimiento en España se ha visto totalmente consolidado: emprender se ha convertido en una pasión y las futuras generaciones consideran más que nunca antes una carrera laboral emprendedora para su futuro. Además, el contexto en que vivimos no hace sino poner de relieve la importancia del emprendimiento en nuestra sociedad, atacada duramente por la pandemia del coronavirus, y para la que se buscan fórmulas emprendedoras que combatan sus estragos y nos protejan de futuros escenarios similares o incluso más amenazantes que este. Así, y siendo las profesiones relacionadas con la tecnología, la ciberseguridad, la inteligencia artificial, y las aplicaciones tecnológicas en profesiones tradicionales, las más demandadas para el futuro, es importante saber qué transmitir a las futuras generaciones.

La promoción del emprendimiento en el ámbito educativo es uno de los grandes desafíos actualmente. Fomentarlo es fomentar en el alumnado una visión general de la vida en la que asumir que el riesgo forma parte de la misma, ganar confianza para el futuro y saber ser independiente.

Y es que para emprender primero es importante entender que el camino hacia el éxito no es uno de rosas, sino que está lleno de obstáculos y en el que un tropezón puede llevar de vuelta a la casilla de salida y que eso no signifique el fin del mundo, sino que sea visto como una oportunidad para comenzarlo de nuevo con el valor de la experiencia. No hay emprendimiento sin riesgo porque este está basado en una oportunidad, y un carácter y un espíritu emprendedor es una cualidad que cotiza muy al alza en las competencias personales de un currículum vitae.

Así, las futuras generaciones han de ver el emprendimiento no solo como una forma de más de ganarse la vida, sino como una enriquecedora aventura llena de excitantes retos que permiten evolucionar personalmente al individuo al tiempo que se forja laboralmente. El emprendimiento requiere pasión, determinación, inteligencia y, sobre todo, mucho coraje, pues es un mundo en el que además entra un juego un factor como la suerte, pero que solo está reservada para aquellos que más la buscan.

Los adolescentes y jóvenes de hoy día han de visualizar los ‘fracasos’ como posibilidades reales en su vida, pero no experiencias ni mucho menos definitorias. Construir autoestima también es saber pelear contra situaciones adversas o levantarse de las caídas. Da valor a los sueños y crea escenarios más reales sobre los que luego emplear la experiencia personal.

De este modo, también aprenderán que las decisiones y los actos llevados a cabo traen consigo consecuencias, y que aventurarse en un espinado camino siempre es mejor hacerlo acompañado que en solitario.

 

Actitud y aptitud

Repasemos finalmente cuáles son algunas de las actitudes que con más firmeza van a permitir desarrollar a nuestros jóvenes aptitudes óptimas para el mundo laboral y el emprendimiento:

  • Iniciativa: una mente inquieta y valiente es fundamental en los emprendedores.
  • Creatividad: ver siempre más allá. Darle una vuelta de tuerca a todo por norma y encontrar aplicaciones novedosas a productos, servicios o procedimientos ya conocidos.
  • Confianza: creer en uno mismo para ser optimista en los proyectos propios.
  • Responsabilidad: entender que todo tiene su consecuencia.
  • Pasión: pensar con el cerebro y vivir con el corazón.


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