Hay que alcanzar el punto de madurez, antes de buscar financiación”

Rafael Aguado, CEO de la aceleradora Bolt, recomendó la sindicalización de los inversores en su pasó por MurciaBan.

Emprendedor e inversor, Rafael Aguado decidió a las puertas de entrar en la madurez abordar nuevos retos profesionales por su cuenta, tras pasarse 15 años ayudando a start-ups a entrar en nuevos mercados. Con una dilatada experiencia en el cierre de contratos multimillonarios en Europa y América Latina de startups y empresas de tecnología a nivel mundial, ahora vierte su experiencia acumulada en Bolt, una aceleradora de empresas con un programa de mentorización e inversión semilla para acelerar a negocios tecnológicos en sus inicios y que quieren ser globales desde el primer día.
De su paso por MurciaBan, Aguado nos dejó su interesante conferencia y esta entrevista.

¿Qué aconsejaría al inversor que planea entrar en una start-ups?
Los inversores deben estar sindicados en un fondo de inversión, en forma de capital semilla al principio, para hacer inversiones más serias y en donde se sienta más cómodo, para luego entrar más a fondo en una serie de empresas sin tener que ir apostando por una u otra que no conoce.

Una vez ya acomodado, puede ir decantándose hacia la que se sientan más cómodo.

Eso es lo que hacemos nosotros, desmitificar el concepto de invertir, que el tique mínimo de inversión sea más pequeño, y darle claridad a los proyectos para acercar más al inversor a aquellos proyectos que son difíciles de entender, incluso, a veces, para los propios emprendedores. Eso es lo que hacemos en nuestra aceleradora.

El consejo que les doy a los inversores es encontrar la fórmula para que, entre todos, conseguir invertir en los proyectos para quitar ese miedo.

Hay que sindicarse, así se consigue dar el primer paso a la inversión y quitar el miedo. Aunque sea mediante un vehículo no regulado, pero que sea una sociedad que entre en inversión, así, cuando la empresa vaya presentando tracción, ellos se sentirán más cómodos.

Cuando habla de miedo, ¿se refiere a quien viene de la inversión tradicional y no está familiarizado con las start-ups?

Se trata de un inversor que viene de otras áreas y está tanteando dónde invertir. En una start-up entra en un espacio donde debe crear un ecosistema; no está invirtiendo en el ladrillo, por ejemplo, donde no se requiere un capital humano; pero aquí sí que se requiere este factor porque es un bien social.

No sólo hay que buscar la retribución económica, si no también la retribución social. Pero necesitamos atraer al inversor más.

Tiene que entrar en riesgo en una empresa no sólo porque hay un componente económico. Ha de existir un punto estratégico.

¿Y cómo se le puede animar?

Debe decirse a sí mismo: “soy un inversor que siempre me he dedicado a la bolsa o fondos de inversión o al ladrillo y ahora quiero entrar en el ámbito tecnológico”.

Lo lógico es que de el paso a través de un vehículo no regulado.

¿Tienen razón los emprendedores cuando se quejan de la escasez de inversores?

Es verdad que una de las cosas que veo al abordar los proyectos es que muchos emprendedores se quejan de la falta de capital. A veces, la mayoría de ellos no están en condiciones de levantar capital, no están lo suficientemente maduros para ello.

Quieren ejecutar un modelo de negocio que ni ellos mismos saben si funciona y eso hace que el inversor suela tener dudas.

Es frecuente que se digan: “yo te espero y nos vemos dentro de seis meses, a ver como nos va”; pero ese tiempo suele también dilatarse.

Los emprendedores tienen que entender que el proceso de negocio es complicado y requiere nuevas herramientas.

Muchos han hecho un MBA; les han dicho que tienen que hacer un plan de marketing, un plan de empresas… y todo eso es erróneo.

Entonces, ¿qué deben hacer?

Hay que buscar otras herramientas recogidas en libros actuales, como en “Los cuatro pasos a la Epifanía”, de Steven Gary Blank, donde se desmitifica ciertas creencias, además de ayudar al emprendedor en su fase de creación de empresa y a que ésta sea más invertible, acercándose más a lo que quiere el inversor.

Todo este proceso requiere un aprendizaje.

Con tener una buena idea no basta para que un inversor crea en él.

Y sobre la fase para levantar capital que comentaba, ¿cuál es el mejor momento?

El emprendedor, antes de buscar financiación, debe tener un proyecto maduro.

El papel escrito muestra un modelo de negocio que no es seguro. El emprendedor no tiene la certeza de que, ejecutando lo que está escrito en su plan, vaya a tener éxito.

La startup es un germen de empresa que está buscando una vía para funcionar. En el momento en que se consigue, es cuando está empezando como empresa.

Muchos emprendedores toman la start-up como si fuera ya una empresa y es el craso error que comenten.

Ejecutan un modelo de negocio que, en la mayoría de las veces, está mal porque debemos estar en continuo proceso de búsqueda.

Cuando compruebas que tu modelo de negocio funciona y tienes unos clientes, puedes levantar capital. Hay algo ya consolidado y se cumplen unas métricas.

El capital que invierta será el anuncio de las 3 “F”, que dirán, creo en ti, pero debe haber algo consolidado.

Hay una métrica que se debe cumplir, los emprendedores deben hacer un esfuerzo en intentar madurar su negocio antes de que entre capital, si no, dejaran también gran parte de su negocio por muy poco dinero.

Cuando ya has comprobado que tu modelo de negocio ya funciona, la fase inicial de financiación ligada a Friends, Familia and Fools no basta y hay que abrirse a otras vías.

Casi todos los modelos de negocio deben estar en su punto antes de levantar capital.

¿La crisis económica ha favorecido una mayor inversión en startups?

Me encantaría ver la parte positiva de la crisis. No es bueno para nadie que no haya capital.

Lo que sí es cierto es que, el inversor pide ahora algo más. No sólo quiere la seguridad de una inversión tradicional de letras del tesoro y de la bolsa, ahora empieza a descubrir otras formas de invertir.

Partiendo de ello, yo creo que el capital semilla es un valor seguro porque la tecnología sale reforzada de todas las crisis, ya que se precisa modelos de negocio.

Hay una parte positiva de la crisis y es que la gente se está concienciando de que debe dejar algo a la sociedad, no sólo fijarse en el puro retorno. Hay un compromiso social.

Hay emprendedores sociales que buscan un modelo de negocio en donde se busca el beneficio económico y también un beneficio a la larga para la sociedad.

La crisis ayuda a que la gente se sensibilice por la sociedad.

Fuente: CEEIM

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