18 Ene Artal: “Nuestras ideas se explotaban fuera, con Voptica cambiamos el método”
Pablo Artal es CEO de Voptica – creada en CEEIM, juega en la liga mundial de científicos ilustres y es catedrático de Óptica en la UMU. Artal es también Premio Nacional de Investigación 2018, el máximo galardón otorgado en España a científicos e investigadores.
“Un reto importante de la ciencia española es que, si hay retornos económicos, crezcan aquí”, son manifestaciones del recién galardonado con uno de los Premios Nacionales de Investigación 2018, por unanimidad del jurado, en concreto, en la categoría ‘Juan de la Cierva’ de Transferencia de Tecnología.
Por eso participó en la creación de la empresa Voptica en 2011, de la que es CEO, que tuvo su origen como startup instalada en la incubadora tecnológica del Centro Europeo de Empresas e Innovación de Murcia (CEEIM), de la que es CEO y con sede en el Parque Científico de Murcia. Si bien, su razón de ser está con la ciencia y se distancia de la faceta empresarial, “estoy convencido de que VAO es muy útil, pero no pretendo imponerlo”.
VAO es el producto comercializado desde Voptica. Se trata de un instrumento tecnológico e innovador que ha abierto una nueva era en el diagnóstico visual, con una tecnología disruptiva en el mercado global de oftalmología. Todo ello, tras más de 25 años de investigación desde la Facultad de Óptica de la Universidad de Murcia.
Pablo Artal es un ejemplo de cómo un científico de referencia internacional -laureado con múltiples galardones nacionales e internacionales-, puede ser también empresario. Inquieto por sistema, cuenta con colaboradores científicos en todo el mundo y ha puesto una pica en China, “hacia donde se desplaza el centro del mundo”.
“Tener éxito con empresas tecnológicas es muy complicado en todo el mundo, aún más, en España. Nosotros somos una “rara avis”, indica Artal en la siguiente entrevista.
¿Qué ha supuesto el Premio Nacional de Investigación en su dilatada trayectoria como docente, científico, investigador, editor y empresario, entre otros cometidos?
Recibir un premio de este calibre supone una gran alegría y un reconocimiento a muchos años de trabajo que, por supuesto, no son solo a mí, sino a todo el grupo de trabajo del Laboratorio de Óptica. Sin su ayuda y colaboración en todos estos años no hubiera sido posible nada de lo que se ha conseguido.
Por otro lado, los premios suelen llegar cuando uno ya ha alcanzado una cierta edad y, tanto este premio Nacional como alguno de los anteriores que he recibido, como el Jaime I o la medalla Edwin Land, requieren de una nominación previa. Es decir, alguien te quiere lo suficientemente para emplear parte de su tiempo en promover y apoyar tu candidatura. Esto ya en sí mismo es un gran halago, casi tanto como el premio mismo.
Yo me tomo los premios como un acicate para seguir trabajando y obtener mejores y más importantes resultados. Intento estar vigilante para no dormirme en los laureles.
VAO, el producto innovador de Voptica, ha revolucionado el mundo de la oftalmología
En 2011, tomó una decisión valiente y dio el salto al mundo de la empresa para fundar y liderar Voptica, una spin-off de uno de los principales grupos de investigación y desarrollo en óptica biomédica del Laboratorio de Óptica de la UMU. Además, lo hace con el aval de contar con una patente en óptica adaptativa. ¿Qué le llevó a hacerse emprendedor tecnológico?
Antes de Voptica, ya tuve cierta experiencia empresarial. Había participado en la creación de una spin-off de la Universidad Politécnica de Cataluña años antes, Visiometrics, que comercializa un instrumento que yo había desarrollado anteriormente. Esto me dio una cierta visión de ese mundo.
Además, en la Universidad de Murcia llevábamos muchos años realizando trabajos para empresas internacionales, lo que era muy importante para obtener recursos para el laboratorio, pero en varias ocasiones, vi como nuestras ideas se explotaban fuera, generando muchísimos beneficios. Pensé que teníamos que cambiar el método y por eso creamos Voptica.
VAO también está cosechando éxitos y reconocimientos, como el Premio Innovación Tecnológica que otorga el INFO, y Premio Emprendedor XXI 2014 regional en la categoría Ciencias de la Vida, y finalista nacional que concede La Caixa y ENISA. Usted suele resaltar más su faceta científica sobre la empresarial en público. ¿A qué se debe?
Si, VAO es un instrumento único en el mundo que permite evaluar la visión y experimentar cualquier tipo de solución óptica de manera no invasiva. Esto tiene unas enormes ventajas potenciales para los pacientes de cirugía refractiva y de cataratas. Estos procedimientos son definitivos y es muy útil poder optimizarlos.
Respecto a la pregunta, puede que sea cierto. Es posible que, al ser de la vieja escuela, sienta un cierto pudor al hablar de asuntos relacionados con intereses comerciales. Estoy convencido de que VAO es muy útil, pero no pretendo imponerlo ni parecer que sólo me interesa vender los equipos.
En la ciencia es muy difícil alcanzar una reputación y muy fácil perderla. Una forma es que los colegas o la gente, en general, piensen que tus decisiones están sesgadas por el interés comercial. Intento evitar eso y comportarme de la forma más neutral posible.
El verdadero éxito de Voptica y VAO será cuando lleguemos de manera intensa al mercado y seamos una empresa viable. Mientras tanto, todo ayuda, pero son cosas accesorias. El mundo de la empresa y el dinero no es mi medio natural. Muchas cosas se me escapan y no me considero en absoluto como un empresario al uso.
Es un proceso de aprendizaje donde necesitas cometer muchos errores. El problema está en si no te queda tiempo para rectificar. Tener éxito con empresas tecnológicas es muy complicado en todo el mundo, pero creo que, aún más, en España. Nosotros somos una “rara avis”.
Tenemos nuestras patentes e ideas y hacemos el producto por completo aquí. Para los amantes del motor es como hacer un Lamborghini.
Millones de personas han mejorado su visión, gracias a las investigaciones de equipos liderados por Artal.
¿Recomendaría a sus compañeros que crearan su propia empresa, a partir de una spin-off, como hizo Usted? o ¿Mejor que no se compliquen la vida?
En la vida cada cual elige su camino, pero es un tipo de experiencia que complementa lo que hacemos en el mundo académico.
Para dar el salto, se debe contar con una tecnología realmente probada y con opciones comerciales. Es bastante común en la universidad que sobrestimemos lo que tenemos.
Es bueno ser muy crítico y pensar si esa idea o prototipo realmente va a cubrir una necesidad y si alguien querrá pagar por ello. No recomendaría montar una empresa pensando en que vaya a sobrevivir a base subvenciones.
¿Qué avances últimos ha introducido en VAO?
VAO utiliza tecnología de óptica adaptativa que permite manipular la óptica del ojo a voluntad presentando al paciente cualquier tipo de posible lente o cirugía. El equipo es costoso porque involucra componentes muy específicas que son muy caras.
Uno de nuestros principales retos es desarrollar una nueva máquina con las mismas o mejores prestaciones, pero quesea más barata, para que pueda alcanzar virtualmente a cada hospital en el mundo.
También estamos desarrollando otras características muy novedosas, que permitirán, por ejemplo, medir la agudeza visual de las personas sin que estas tengan que responder de manera consciente si ven o no ven las letras que se les presentan.
¿Cuáles son sus logros más recientes a nivel de investigador y científico?
Estamos terminando el proyecto del Consejo Europeo de Investigación que comenzamos en el año 2014 y ahí hemos conseguido varios logros de interés. Por ejemplo, un instrumento para hacer imágenes del ojo completo y un procedimiento que puede ser útil para que personas con cataratas vean mejor sin necesidad de operarse.
Estamos muy involucrados en estudiar posibles formas de controlar el desarrollo de la miopía.
Es decir, que los niños no se convertían en miopes, usando unas lentes especiales durante cierto tiempo. Soy cauto, pero optimista, de que podamos encontrar una solución. Tenemos un prototipo estupendo para corregir la vista cansada. Está basado en un sistema opto-electrónico y controlado por el móvil. También hemos inventado unas lentes intraoculares especialmente pensadas para pacientes con degeneración macular.
¿De qué logro en su dilatada trayectoria profesional se siente más orgulloso?
Es difícil elegir. Pasa un poco como con los hijos. Todos son igual de importantes y a todos los quieres por igual. Si nos atenemos a lo que ha tenido un mayor impacto, han sido los trabajos que hicimos en los primeros años 2000 para comprender como cambian las propiedades ópticas del ojo con la edad. A partir de conocer esto, diseñamos nuevas lentes que han mejorado la visión de millones de personas.
“Necesitamos científicos e investigadores jóvenes que cojan el testigo en España”
¿En qué estado se encuentra la ciencia y la investigación en España?
La situación en España es muy mala, sin paliativos. Tenemos varios problemas graves, como la de falta de financiación, que como saben sufrió de manera extrema con la crisis y no se ha recuperado. Otro problema es el relevo generacional. Los científicos españoles somos en media muy viejos y necesitamos imperiosamente jóvenes con talento e ideas. Y la puntilla son las dificultades burocráticas para ejecutar los fondos que tenemos y contratar personal.
¿Cuántas personas componen su equipo de investigación?
En el Laboratorio de Óptica somos entre 20 y 25 personas desde hace años, el número oscila dependiendo de los fondos disponibles para contratar. Somos un grupo muy internacional, tenemos miembros todos los continentes. En Voptica somos 10 personas.
Al comienzo de la entrevista se destacaba que ha conseguido el premio más importante en investigación otorgado en España, podría decirse que ha tocado techo en reconocimientos dentro de su país. ¿Debería irse para seguir cosechando éxitos mayores?
Esta es una pregunta muy interesante. La ciencia y la tecnología son globales. Obviamente, existen ventajas en estar en los centros de investigación más importantes del mundo. Pero esto también ha cambiado mucho en las últimas décadas.
Ahora es muy fácil colaborar y en mi caso tengo colaboradores en todo el mundo. Además de las llamadas constantes vía Skype, viajo mucho, quizás demasiado, así que me siento perfectamente enmarcado en la liga mundial. El futuro no se conoce.
En estos momentos, tengo mucho interés en ver cómo avanza la relación actual con una universidad emergente en China, en donde estamos instalando un nuevo laboratorio conjunto.
En 2013, se convirtió en el primer europeo que recibía la medalla Edwin H Land, que otorga la Sociedad de Óptica y la Sociedad de Ciencias de la Imagen y la Tecnología de Estados Unidos. ¿Podría estar ahora en una universidad estadounidense?
En un momento de mi carrera, cuando llevaba unos 10 años en Murcia, baraje diferentes opciones para trasladarme a Estados Unidos. Es una sociedad que yo conozco bastante bien y en donde pasé un año sabático. Normalmente, estoy allí, al menos, cinco o seis veces cada año.
Las ventajas son un entorno más rico con muchos colegas y opciones mayores de financiación. Pero sinceramente no creo que mis resultados hubieran sido muy diferentes de haberme instalado allí. Quizá hubieran tenido mayor impacto y es posible que, en algún ambiente, esté mejor considerado algo hecho en Boston o Los Ángeles, que en Murcia.
El mundo ha cambiado mucho en estos años y el centro se está desplazando a China. Y es allí donde nosotros vamos a estar.
“Debemos ser capaces de construir un entorno atractivo para personas con talento en la Región”
¿Qué barreras ha tenido que superar hasta llegar a su reconocimiento profesional actual?
La competición en ciencia es muy dura. Nadie regala nada y la pelea es constante para mantenerte y obtener fondos.
Cuando yo llegue a Murcia, hace ya 25 años, muchas personas de mi entorno me pronosticaron mi “muerte” científica. Yo eran muy joven y catedrático con 33 años. No me creía que eso estuviera escrito. Así que simplemente, me puse en marcha con todas mis fuerzas para hacer buena investigación aquí.
Tuve la suerte de que a la gente que conocía fuera de España no le importara sí estaba en Murcia o en Madrid, si no lo que yo pudiera hacer. Lo importante era avanzar y lo sigue siendo.
Actuando así, llegó el primer proyecto del Consejo Europeo de Investigación (ERC) a la Región y luego los diferentes premios mencionados. Me gustaría que estos reconocimientos sean el principio para que lleguen, de mano de otras personas, muchos más y que seamos capaces de construir un entorno atractivo para personas con talento en la Región.
¿De qué pasta está hecha una persona polifacética como Usted?
Soy un tipo normal. Bueno, quizás, un punto más nervioso y cabezota de lo normal. Yo me considero fundamentalmente un académico en el sentido anglosajón del término. Pero con inquietudes fuera de la academia.
Me gusta que lo que hacemos tenga una aplicación real. También me gustaría que si hay retornos económicos, crezcan aquí. Ese es un reto importante que la ciencia española, en general, no ha conseguido todavía. Rentabilizar nuestras investigaciones, sin que sean terceros en otros sitios quienes lo hagan.
¿Cuál de todas sus facetas es la que mayor satisfacción personal le ocasiona?
Probablemente la mezcla de todo. No se puede ser bueno en todas las facetas y yo creo conocer bien mis debilidades, que son muchas obviamente. Este trabajo es colectivo y es muy importante seleccionar los mejores colaboradores para cada tarea y que entre ellos creen una red positiva.
HITOS Y LOGROS MÁS DESTACADOS DE PABLO ARTAL
Co-inventor de 20 patentes internacionales.
Más de 200 publicaciones en revistas científicas internacionales.
Más de 9100 citas en ISI-WOK (> 15500 en Google Scholar).
Índice H = 48 (48 publicaciones con 47 o más citas). (68 en Google Scholar).
Más de 650 comunicaciones (> 200 invitadas) presentadas en conferencias internacionales.
Invitado a más de 150 seminarios en universidades e instituciones de investigación.
Más de 25 patentes nacionales e internacionales (y solicitudes de patente, la mayoría de ellas tienen una familia asociada para diferentes países y territorios.
Editor de la revista de la Sociedad Óptica de América A (2006-2011); Diario de la Visión (2004-presente); Óptica Oftalmológica y Fisiológica (2008-2014) y revista de la European Optical Society: RP (2009-).
Miembro de OSA, ARVO (oro), EOS y SPIE.
Ganador del premio de la medalla “Edwin H Land” en 2013.
Ganador del Premio “King Jaime I” de 2015 por Nuevas Tecnologías (investigación aplicada).
Galardonado con el Premio Nacional de Investigación de España 2018 “Juan de la Cierva”.
Editor del “Manual de ópticas visuales” de 2 volúmenes, CRC Press, 2017.